Sociedades con poderes político-religiosos aparecen en muchos filmes distópicos [?]. El filme Blade Runner no refleja en apariencia un mundo apocalíptico al uso como en otras
películas, pero está basado en una novela original de Philip K. Dick, ¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?, donde aparecen más claros los elementos apocalípticos, tales como ciudades abandonadas. Pero en la pantalla hay elementos que hablan de un cierto fin del mundo [?], un cierto colapso del orden, una omnipresencia asiática (¿pacífica?, o ¿producto de un control económico o bomba maltusiana?) en los Estados Unidos y, sobre todo, una masiva extinción de especies animales (un elemento ya sugerido en la novela de base). En la película, sin embargo, las ciudades parecen superpobladas, además de ontaminadas; si no es el colapso de la civilización, es la antesala. La presencia ambigua de los asiáticos en la película de Blade Runner (1982) nunca está bien definida. Era el comienzo de la era Reagan y quizás ello contribuyó a esa ambigüedad. En la ciudad de Los Ángeles, se centra la acción del filme y, a pesar de parecer repoblada por orientales, estos no controlan las fuerzas policiales, donde predominan los caucásicos o hispanos.