Tras el ascenso de Oldut al poder tiempos oscuros se ciernen sobre el imperio de los tres mil años. El pueblo es oprimido y silenciado, la corrupción campa a sus anchas mientras el gobernador permanece en palacio realizando oscuras maquinaciones. Pero en medio de la tormenta, como un preludio de lo que está por venir, los Guerreros del Acero no permanecerán de manos cruzadas. Los pequeños héroes, aquellos de los que no se escriben grandes poemas a pesar de sus grandes gestas, resplandecen en estos tiempos como el brillo de una armadura de acero en medio de las tinieblas. A veces, los más humildes son aquellos quienes luchan por las causas más justas, aquellos que combaten la opresión simplemente no queriendo arrodillarse. A veces, el amor es capaz de impulsar a un guerrero a luchar contra las tinieblas que habitan en su corazón y contra aquello que solo busca la crueldad. A veces, tan solo la determinación puede doblegar a las tinieblas, la justicia no siempre es fácil de aplicar...