Taraslan, incapaz de vengar a su padre porque está herido, permite que sea
Conan quien actúe en su nombre, y este enseguida hace prisionero a Kyrylo debido a que la despreciable traición del hermano pequeño queda al descubierto frente a toda la tribu. El joven Taraslan, no obstante, apenado por
la muerte de su padre y por lo que está pasando últimamente, le perdona la vida a su hermano… aunque enseguida se arrepiente de haber sido tan magnánimo pues, con ánimo de escapar, Kyrylo vuelve a hacer otro pacto con el demonio con el que está en tratos. Taraslan hace un esfuerzo por ser quien detenga a su hermano, pero no consigue hacerse con la situación