Es la industria de entretenimiento más joven, la que tiene mayores perspectivas de crecimiento, la que más gente atrae en todo el mundo y con un mayor potencial de facturación futura. Es la industria del videojuego. Y además ha tenido la gran habilidad de saber integrar a las mujeres en su universo, tanto en su papel de jugadoras como en el de protagonistas. Echando un vistazo a los juegos que aparecen en Guerreras y princesas se puede ver cómo ha cambiado el papel de las heroínas. Desde los comienzos, como damiselas en apuros a las que había que rescatar (ya fuera saltando sobre un ejército de tortugas o liándose a puñetazos por las calles de Metro City), a las protagonistas exuberantes que dominaban la pantalla con sus técnicas de artes marciales. Desde las secundarias de lujo, a protagonistas con un trasfondo y unas habilidades a la altura (o por encima) de sus compañeros masculinos. Es fácil argumentar así, que la mujer en los
videojuegos se encuentra en su mejor momento.