En los cuentos clásicos, la protagonista abandona su realidad y, llevada por un tornado, cayendo por una madriguera, atravesando un espejo o volando con la ayuda de polvo mágico de hada, llega a otro plano, a un mundo diferente al suyo. En nuestra realidad, no existen países de las Maravillas ni de Oz ni de Nunca Jamás. Lo más parecido a otro mundo distinto al nuestro tal vez llega con
la muerte. Esta idea es el germen de Malaria, un cuento gráfico donde Jali presenta su lado más poético y que gira en torno a
la muerte de una niña y a la angustia de unos padres a los que les espanta pensar en la posibilidad de que su hija pequeña pueda seguir existiendo en “otro mundo”, sola, lejos de ellos.