Billy , el hijo de dos años de Nicola Streeten , murió días después de una operación cardiaca. Hacía una semana que le habían diagnosticado su enfermedad.Nicola tardó trece años en poder leer el diario que escribió en aquellos días y, una vez hecho, decidió volcar su experiencia en una novela gráfica.El resultado es un relato sobre el dolor, la pérdida y el duelo, pero también la historia de una recuperación.Nicola Streeten nos abre su corazón y narra con toda sinceridad y sencillez los meses que siguieron a
la muerte de Billy: las reacciones de amigos y familia, las situaciones absurdas o ridículas, los momentos de esperanza y también los de desesperación. Todo ello con la serenidad de quien ha podido superarlo y un delicado sentido del humor.