Parece una chiquilla cualquiera, vestida con una túnica liviana que adorna su cuerpo hermoso y esconde el brazo derecho mutilado; su rostro ensimismado de pronto destaca entre las ramas verdes de los árboles y la vemos de cerca: la joven se llama María y aun no sabe que tendrá que aprender a aceptar lo que el destino le depare sin hacer preguntas. La acompañan ahora unas esclavas que se convierten en amigas y comparten con ella los primeros misterios de la existencia y un mundo mágico poblado por animales y árboles extraños, un jardín hecho de palabras secretas que solo los niños y los amantes entienden. Un buen día también José, un carpintero viudo, se acercará a María sin dar importancia a su defecto físico porque en la mirada de María el hombre intuye que él será el testigo de un evento ajeno a su realidad, y sin embargo tan real como la tierra, el fuego y el cielo que le han tocado en suerte? Es resto de la historia es de todos conocido, pero esos primeros años de la vida de María, sus risas de niña, sus dudas de mujer, su afán por entender la locura de la vida, aquí están, en unas páginas donde Gustavo Martín Garzo vuelve felizmente a los lugares tan queridos de El lenguaje de las fuentes. ?Nunca renunciaría al loco mundo que conocemos, a pesar de su infinita tristeza? William faulkner
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Esa mujer |