Tsukushi acaba confesándose, aunque sea sólo a sí misma, que le duele ver juntos a Domyoji y Shigeru. Cuando los pilla en una situación comprometida en
la casa de Shigeru, no puede quitarse esa imagen de la cabeza...
Cuando vuelve a casa, totalmente confuso, le espera otra bomba: sus padres han decidido irse a vivir a un pequeño pueblo de pescadores porque ya no pueden ganar lo suficiente como para vivir en Tokio. Así que Tsukushi se queda sola en la ciudad, ya que sus padres quieren que acabe ls estudios en Eitoku.