El futuro parece regodearse en la tortura de los alumnos, paganos de los desmanes de la humanidad. Los chicos abandonan el recinto del colegio, seducidos por las últimas palabras de La Jefa, que les comunica la existencia del paraíso en un lugar del que se avista el monte Fuji. Pero el sufrimiento no da tregua. Y, por si fuera poco, otra vuelta de tuerca más al horror: canibalismo. Sin escapatoria ni alivio al hambre y la sed, los alumnos se matarán entre sí, ya no para arrebatarse la comida, sino para comerse los unos a
los otros. Pero Sho no se dará por vencido. Seguirá buscando por todos los medios la forma de regresar al pasado y de volver a encontrarse con su madre.