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Atonman
desde Latveria
, ataviado como Victor Von Muerte
-- Martes, 22 de Marzo de 2005 a las 17:29.
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Continúa los Draco, esta horrible y alargada saga cuyos únicos argumentos interesantes son, precisamente los secundarios. Y es que lo del padre de Kurt y su plan es de un absurdo increíble, un plan que se le ocurre trazar precisamente ahora, que le sale mal y decide invitar a todos en una cena donde se da lugar a unas explicaciones de las cuales solo se salva la del origen de Kurt, que al menos tiene un mínimo de coherencia, con lo de su madastra Margali y el por qué ésta no dijo nada a su hijastro sobre el tema. Yo lo que veo son unos comportamientos extraordinariamente disparatados, con ese hijo de Azazel (que se llama Kiwi, el tio) que mata a quien sea y eso parece darle igual al padre, que solo le castiga al final, sin que éste replique. Por no hablar de esa irreconocible Mística, que parece despreocupada de todo, ni siquiera está sorprendida, por dios. ¿Y por qué empieza Azazel empieza a contar tantas cosas a todos en lugar de matarlos o hacer algo? Pero es que encima lo del final es... ¿cómo abre Polaris la puerta a la otra dimensión? ¡¡¡Esto no tiene sentido!!! En fin... un aunténtico disparate... Sin embargo, lo del Juggernaut y sus ganas de ver a Sammy no es tan desastroso, me ha gustado verle enfadado y descontrolado porque el padre del chaval le maltrataba, tal y como le pasaba a él cuando era pequeño. Lo que no me termina de cuadrar es ese Estrella del Norte que no parece saber qué hacer, parece tonto, vamos, como todos los personajes de Austen, prácticamente. Luego está esa Alpha Flight "manganizada" (Byrne debe estar que trina), cuyo extraño Sasquatch se lia a tortas con Juggernaut sin ton ni son, sin sentido, como siempre, sin calentarse la cabeza, hasta ni se preocupan del entorno, como se puede ver en el desenlace. Todos idiotas perdidos, llamar a los Alpha Flight para esto... Y el último argumento secundario que me faltaba por comentar es ese donde se ve a la mitad de la patrulla, Júbilo, Paige, Carter, Alex y... la cabeza de Bobby Drake (agh) encerrados en una mazmorra. En esa escena, vemos que Bobby, en medio de todo este embrollo, solo piensa en atizar a Alex por quitarle a Annie y Polaris... Y encima Alex decide deshidratarse (vamos, me vas a decir de dónde va a sacar tanta agua para recomponerle...) solo para cantarle las cuarenta... Philip Tan, sin embargo, está mejor que en el número anterior, aunque tenga un estilo que no es del gusto de todos (de pocos, diría yo, tan efectista y sin tener la anatomía y las expresiones, todas las caras iguales) y no tenga mucha mano con la narración. A pesar de eso, al menos se esfuerza por hacer un trabajo bien repleto de detalles y trabajado, eso sí, todo lo que puede, porque tiene demasiadas carencias. En definitiva, una sucesión de argumentos absurdos, sin sentido, mal desarrollados y con poco interés. Solo se salvan unos pocos. ¡¡¡Un horror, aléjate del cómic, por dios!!!
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