Ante la realidad de ese futuro incompleto que, para nuestra perplejidad, sabemos que existe -las rejas de un Universo atroz, de imposible escapada, de inasible liberación- la narrativa y las ilustraciones del almeriense Antonio Jesús Morata (Elmo), significan una puerta abierta al reencuentro con el ser humano, con sus temores y sus obviedades, con sus esperanzas y sus silencios. Y, muy especialmente, con su inalterable levedad: ese infierno y ese cosmos de sueños que pertenece al mundo de los vivos, de los que todavía piensan, de los que quieren huir del desencanto y de las aristas del fatalismo.