Lucy Braddock, aislada, exiliada y atemorizada, le llamaba "el Hombre Malo".
Vivía en
la puerta de enfrente. Vivía sola. Trabajaba en una cafetería. Contaba sus propinas. Le gustaban los libros. Llevaba un diario. Tenía diecisiete años.
Anteanoche, dos hombres le metieron veintisiete balas en el cuerpo. Lucy Braddock les llamaba "Los Hermanos".