La división cunde en el trío heroico mientras se preparan para luchar contra el titánico Hombre Montaña de Szoxk, que Kirby identifica como el Toro Celestial de su séptimo trabajo y que Kevin ve como un oscuro reflejo de su vieja némesis, el amargado y lleno de cicatrices Emil Grackleflint.
Trágicamente, los poderes de Kevin sólo sirven para reforzar el vigor de su contrincante y Kirby es empalado por uno de los cuernos rotos del Hombre-Montana. Al ver caer a su amigo, Kevin se vuelve loco y termina haciendo pedazos al golem... pero la victoria llega demasiado tarde. Kevin se siente horrorizado al descubrir que Kirby ha sucumbido a su herida. Negándose a aceptar ese destino, Kevin intenta utilizar el poder de su bate para resucitar a su camarada. La energía invocada resulta ser demasiada para el arma y el bate explota en un estallido cegador.