Stuart Clarke se ha convertido, sin comerlo ni beberlo, en el suministrador de armas, el compañero de trabajo y el colega de Punisher. En el pasado, fue un villano y terminó prisionero en La Balsa. Luego escapó, durante los acontecimientos de “Los Nuevos
Vengadores: Fuga”. Las únicas constantes de su vida han sido su inteligencia superior y su odio hacia Tony Stark. Ahora, a su manera, es también una víctima de Frank Castle. Llega el momento de echar la vista atrás y contemplar qué ha hecho con su existencia.