Rina acude a su primera visita del año al templo en compañía de Hiro, pero la aparición en escena de un viejo verde hace que el día acabe como el rosario de la aurora. ¡Y más cuando el supuesto “viejo verde” resulta ser el abuelo de Hiro! Ahí sí que se lía
la cosa. Para conseguir el perdón del anciano, Rina decide cuidarlo cuando tiene un ataque de lumbago. ¡Pero la mala suerte quiere que la confundan con un ladrón y el viejo por poco se la carga!