Las cerca de ciento ochenta novelas de Harry Dickson, que tanta fama le dieron al escritor belga Jean Ray, se basaron en una colección de novelas de apagado recuerdo donde el que se ponía en acción no era otro que el mítico Sherlock Holmes, criatura de Arthur
Conan Doyle y muy conocido, tanto en nuestro país como en toda Europa, en la primera década del pasado siglo. Dice la leyenda que Jean Ray, aburrido de traducir por encargo las novelas del rey de los detectives (continuando la obra de algún que otro oscuro traductor y ciertas figuras míticas de la literatura fantástica), basándose en las ilustraciones de la portada y del interior de los cuadernillos, empezó a escribir su propia serie de Harry Dickson. Tras el cambio de nombres, efectuado por la misma editorial encargada de su nueva publicación, Jean Ray se dedicó a escribirlo todo de nuevo. Las aventuras del que fuera el detective más famoso del mundo nunca fueron las mismas. Hoy, redescubiertas prácticamente en un cajón, publicamos las novelas originales (no las de Jean Ray, sino las más auténticas, las verdaderas novelas de Harry Dickson), que fueron editadas en España allá por 1914. Conservando su carácter original, empezamos una serie que, de ser del agrado del lector interesado (y nos referimos a lectores de muchos campos: de literatura fantástica, de novela detectivesca o al simple coleccionista de folletines y novelones), podría tener continuación a lo largo de muchos números, cada uno de los cuales recogería cuatro aventuras originales y completas con unas traducciones actualizadas, la totalidad de las ilustraciones y la calidad que siempre han merecido.