Roiya ha recobrado la apariencia humana. Con la ayuda de JeMerik, ya no se haya aprisionada en la nave, sino que puede circular bajo la forma de un holograma móvil. Zanni y Roiya se han apercibido de que JeMerik no es un simple guardia. Sam se da por satisfecho con haber escapado de sus perseguidores.
Perdedor, a quien una furiosa Matriarca ha desheredado, busca el apoyo del Maestro de Armas. Entretanto, los demás llegan a Delassia, el planeta de Zanni, y descubren que ésta es hija de los copresidentes de dicho mundo, y que además oculta información que podría acabar con el Sultán. Le ofrecen a Sam todo lo que quiera con tal de que ayude a Delassia.
Sam decide ayudarles, y Roiya explora los bancos de datos de la nueva nave con el propósito de conseguir los planos de su impulsor estelar. Si los ingenieros de Delassia logran reproducirlo, dejarán atrás el impulsor ARC de los saurios e invertirán así las relaciones de poder. Roiya ha descubierto que Je Merik tiene algo que ver con su nueva foma de vida... la salvó porque la amaba.
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