Después de la poesía, el aforismo nos espera como una posibilidad de realización para el escritor perezoso. Lo maravilloso que tiene el aforismo es que el fogonazo intenso que lo produce necesita mucha menos elaboración que cualquier otro género literario. No se trata de una imagen ni de un dicho, un verso o únicamente una sentencia, sino de todas esas cualidades juntas y alguna más, pero que pueden reducirse a una sola frase compuesta de cuatro o cinco palabras.
Alvaro Salvador (Granada, 1950) ha publicado diez libros de poemas reunidos en el volumen antológico Suena una música (Sevilla, Renacimiento, 2008); en ese mismo año obtuvo el premio Generación del 27 por su último libro de poemas, La canción del outsider (Madrid, Visor, 2009). Junto a Luis García Montero y Javier Egea promocionó a comienzos de los ochenta la tendencia poética bautizada como otra sentimentalidad, germen de la posterior poesía de la experiencia. Ha publicado además dos novelas, algunos libros de ensayo, varias obras de teatro y un libro de aforismos, Después de la poesía (Almería, El Gaviero, 2006).