Un día Lars, el osito polar, oye un leve gemido. Se
acerca al ruido y descubre un conejito dentro de
un hoyo en la nieve. Le ayuda a salir y los dos se divierten
y juegan juntos. El osito polar se da cuenta
de que Hugo es en realidad un conejito miedoso
y esto le hace sentirse aún más valiente: se atreve
a llegar hasta la estación polar y se encuentra en
una situación peligrosa por culpa de su atrevimiento.
Pero entonces queda demostrado que Hugo
también puede ser valiente.
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