El padre de Ina es pastelero. Todos los días se levanta muy temprano para preparar veinte tipos de pasteles y tres tipos de tartas. Hasta que un día todo cambia. En el sur estalla la guerra entre los unos y los otros y todos los hombres tienen que ir a defender al país. Por suerte, el padre de Ina tiene un manual titulado Todo lo que debe saber un buen soldado, el cual explica con todo detalle cómo disfrazarse de arbusto para despistar al enemigo.
Ina se queda con su abuela en la ciudad. Pero al poco tiempo, la guerra llega también hasta ellas y la abuela decide que lo mejor para Ina es que se vaya a casa de su madre, que vive en el país vecino. Así comienza un viaje lleno de aventuras y peligros durante el cual Ina se siente como un paquete postal que siempre entregan en la dirección equivocada. Pero Ina tiene una voluntad de hierro y una paciencia a prueba de bombas, y no cejará en su empeño de encontrar a su madre.
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