A través del patito Amarillito y de la rima, se transmite a los más pequeños
el respeto hacia una serie de normas que contribuyen a la armonía en el
entorno, a la vez que potencian el desarrollo de su inteligencia emocional.
Cada rima recoge una norma para la convivencia, como: pedir las cosas
por favor, dar las gracias, pedir perdón, saludar, saber vestirse, compartir,
ser limpio, utilizar la papelera, etc....
La consecución de estos objetivos es el pilar básico para lograr la socialización desde la infancia, proceso fundamental en la formación de las personas.
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Rataplín y sus canicas |