El lupanar de las langostas es un quimérico relato construido a partir de un doloroso trauma, no resuelto del todo, en que el protagonista inicia un fabuloso “viaje” al interior de su mente y donde, producto de un abrir y cerrar enigmáticas puertas, va desentrañando los poliformos niveles de las dobles o múltiples entidades que envuelven la contradictoria riqueza del alma humana. La correlación entre el drama principal y los dramas subalternos, atravesados por un cierto distanciamiento irónico, dan pie a la germinación de un arcano y misterioso “personaje”, críptico e inmanejable, que viene a simbolizar y a representar (metafóricamente) parte fundamental de la complejidad con que está constituido nuestro ser.