Un cuervo posado sobre la luna. Eso es lo que ve Darío cuando, a una semana de cumplir once años, los noticiarios de todo el planeta se llenan de imágenes que muestran una extraña sombra cubriendo parte de su circunferencia. Septiembre está empezando a alfombrar la ciudad con un manto de hojas muertas y, mientras él trata de imaginar una causa para semejante suceso, el mundo vive pegado a la televisión. Pero lo que deben ver no está tras las pantallas, sino tras los cristales de las ventanas. Mientras tanto, no muy lejos de allí, un hombre lo contempla todo con una sonrisa de satisfacción. Porque cree saber qué es lo que está pasando. Porque todo está escrito en un libro que le ha obsesionado desde su juventud. Siempre supo que todo lo que contaba era cierto, y ahora que el mundo parece condenado, el nombre de su autor ha pasado a ser el de su Dios particular. «Charles Hoy Fort lo sabía ?se dice?. La cuenta atrás ha empezado». Darío deberá enfrentarse al miedo y la soledad cuando el silencio se coma su vida, cuando la lluvia se lleve consigo todo lo que fue y deje únicamente a un niño con un chubasquero amarillo y una mochila a la espalda en las calles de Madrid. Unas calles que pronto se teñirán de rojo.