Dos agentes de policía muy peculiares contemplan aterrados cómo la historia de sus vidas se repite de forma escabrosa e inevitable, tal vez, favorecida por la singularidad de sus idiosincrasias. De cualquier, modo estos se convierten en víctimas de un destino caprichoso que, sin más, les involucra en una sórdida conspiración. En consecuencia, se ven incitados a huir a fin de evitar sus detenciones inmediatas. Sin embargo, inducidos por sus actitudes perseverantes y sus inclinaciones ambiguas, durante la escapada caen inmersos en un espacio misterioso que de la noche a la mañana los embarca en un viaje hacia lo desconocido a través de un recorrido insólito por una intersección de poder o punto magnético terrestre; es decir, un portal del infinito que los transporta hasta un pretérito abstruso de mal en peor, custodiado por unas criaturas execrables de ultratumba; los no muertos, encomendados a velar por unos sepulcros especiales... Quizá, los suyos propios.