Mucha gente prácticamente vive en el centro comercial; algunos de ellos incluso mueren allí. Cuando el principal sospechoso de
la muerte de su padre es puesto en libertad, Richard Pearson decide averiguar qué se esconde tras el tiroteo que mató a tres personas en el Metro-Centre. Siguiendo el hilo de las pocas pistas que encuentra, irá introduciéndose en una aparentemente amodorrada comunidad que sacia su aburrimiento a través de bandas callejeras de hooligans y eventos deportivos que acaban en mítines patrióticos y cuya base de operaciones es el mismo centro comercial.