Un año antes de Little Nemo in Slumberland, la serie que lo convertiría en uno de los clásicos indiscutibles del cómic, Winsor McCay creó en 1904 para el mismo periódico Little Sammy Sneeze. Si Nemo es transportado todas las noches mientras duerme a un país fantástico y surrealista, Sammy, más prosaico, se limita a estornudar en los ambientes más variopintos, sin poder contener un estornudo huracanado que provoca todo tipo de destrozos. Y así, su autor recorre ambientes dispares de la Norteamérica de principios del siglo xx, desde los ambientes más populares a los salones de la alta burguesía, empleando un elegante estilo influenciado por el art nouveau y causando todo tipo de destrozos por culpa de un niño que jamás pronuncia otra palabra que no sea ,¡Atchís!.