La convicción de Ruika de hacerse pasar por su hermano parece derrumbarse con la aparición de Hikaru. El lazo que los une se estrecha por momentos y Ruika no deja de preguntarse por qué él la necesita tan desesperadamente. Un día, Hikaru le confiesa que él posee el don de ver el futuro a través de sus sueños y que, en ellos, conoció a Skuld y Urd, las versiones futura y pasada de Ruika. Lo que no saben ni Ruika ni Hikaru es que un hombre misterioso no está dispuesto a permitir que el joven amigo de Einstein consiga su objetivo, y se dispone a viajar a Japón con un regalo muy especial.