En 1959, y tras haber realizado junto al guionista H.G. Oesterheld series del calibre de Sgt. Kirk, Ticonderoga o Ernie Pike, Hugo Pratt da por finalizada su etapa argentina y se traslada a Londres. Allí dibujará varios tomos de cómics bélicos para colecciones de la editorial Fleetway, como War Picture Library, War at Sea Picture Library, Battle Picture Library, Thriller Picture Library o Battler Britton. Los tres números de Diario de Guerra: Hugo Pratt recogen la totalidad de estos tomos, ilustrados por el creador de
Corto Maltés en uno de los mejores momentos de su trayectoria artística.