Liberty Meadows trata de una reserva a la que van animales bastante estrafalarios, en la que los humanos encargados tampoco están muy cuerdos y a los que puede pasar casi cualquier cosa. Se trata de una tira que basa su fuerza en que no conoce límites, tanto por el propio carácter del reparto como por la falta de un protagonista único, pues aunque el amor no confesado de Frank por Brandy parece centrar gran parte de los argumentos, también el resto de los personajes tiene sus tiras, incluso sus arcos argumentales, con momentos realmente brillantes. Entre los personajes principales está Brandy, psicóloga humana especializada en animales, muy bella, que tiene bebiendo los vientos por ella a Frank, el veterinario que según palabras del propio autor de la tira es “un personaje al estilo Woody Allen, un auténtico perdedor”. También nos encontramos con la despampanante Jen (la compañera de piso de Brandy) que es ingeniera de la NASA, con el despistado Julius (propietario y director de
Liberty Meadows), Tony (el chapuzas encargado de los arreglos de
Liberty Meadows), Al (propietario de la taberna, un camarero al uso, o lo sería si no estuviera obsesionado por las conspiraciones secretas), Dean (todo un símbolo de
Liberty Meadows, un cerdo machista y chauvinista cuya actividad principal es acosar a todas las jovencitas que se cruzan en su camino), Ralph (un “oso” rescatado de un circo en el que lo maltrataban y que es la mente más brillante de
Liberty Meadows, capaz de construir casi cualquier artilugio electrónico), Leslie (una rana hipocondríaca), Truman (un ingenuo patito rescatado de un desastre ecológico), el perro chalchicha Oscar, el gigantesco pez gato Khan, Frank Cho (el mono, y ala vez el creador, guionista y dibujante de las tiras; el personaje más complejo, tanto que a veces parece real).