La vida de Inary Monteith está en una encrucijada. Tras pasar una noche con Álex, le rompe el corazón diciéndole que todo ha sido un error. Luego tiene que salir a toda prisa para las Tierras Altas, pues la salud de su hermana pequeña ha llegado a un punto crítico. Y las cosas irán a peor pues, ya en casa, aparte de la enfermedad de su hermana, tendrá que enfrentarse a un hermano hostil y a un ex al que no le apetece nada ver. Y atrás, en Londres, se ha quedado Álex, que sigue despertando en ella sentimientos insospechados.
Por si los problemas no fueran pocos, Inary pierde la voz a consecuencia de un trauma, aunque recupera un don familiar, un sexto sentido que tenía cuando era una niña y que siempre ha estado en su familia y que le permite oír una voz del pasado que le dice una y otra vez: «Llévame a casa».