A imagen de la sociedad feudal, la sociedad industrial del siglo XX -construida en torno de la gran firma industrial- vinculó un modo de producción y un modo de protección, y resolvió así, con la cuestión económica, la cuestión social. La sociedad postindustrial, afirma Daniel Cohen en esta obra, "organiza científicamente la destrucción de esa sociedad industrial". El capitalismo del siglo XXI consagra la separación de producción y protección y, en "una inversión copernicana de los fundamentos mismos del trabajo asalariado, serán los trabajadores quienes sufran los riesgos, y los accionistas quienes busquen protección".
Esta obra analiza las grandes rupturas que han conducido al capitalismo del siglo XXI a la destrucción metódica de aquella herencia: las innovaciones tecnológicas, la revolución financiera, las transformaciones de los modos de organización del trabajo y la globalización de los intercambios. Y a través de un análisis de las lógicas que operan en esos cambios radicales, estas tres lecciones ayudan a comprender no sólo el mundo actual, sino, sobre todo, los desafíos del futuro.
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