Hacia la tierra del zar (1908) es la narración de un viaje excepcional desde Manila a San Petersburgo recorriendo toda Siberia desde Vladivostok a través de la recién inaugurada línea transiberiana de ferrocarril. Lo que en un primer momento se propuso como un viaje diplomático circunstancial a un congreso en San Petersburgo, acompañado por quien sería más tarde el primer presidente de Filipinas, Manuel Quezón, se convirtió inadvertidamente en un periplo guiado por la insaciable curiosidad de un joven intelectual perteneciente a la élite hispanohablante de Filipinas: Teodoro M. Kalaw. Alternando la prosa modernista con la síntesis sagaz del mejor periodismo, Kalaw recorrerá las calles de Hong Kong, Shanghái, la ocupada Taipéi y Kioto anotando las diferencias culturales, discutiendo cada situación política y buscando reformas para mejorar el gobierno de su archipiélago natal. Su retrato de la Rusia prerrevolucionaria, núcleo de su relato, supone un documento histórico y literario precioso en el sentido de que, desde su ingenuidad y su idealismo libresco, será capaz de prever con claridad los acontecimientos bélicos que se avecinaron pocos años después y esbozar un fresco memorable de las miserias del imperio zarista. Inspirado en los libros de viajes de su admirado Gómez Carrillo, Hacia la tierra del zar es una de las obras más frescas y lúcidas de la olvidada literatura hispanofilipina.
Teodoro M. Kalaw (Lipa, 1884-Manila, 1940) fue uno de los más brillantes intelectuales filipinos de la primera mitad del siglo XX. Prolífico ensayista, animador de la vida periodística manileña, liberal, masón y fervoroso defensor de la identidad hispánica del archipiélago, luchó con su pluma por conseguir la independencia de los Estados Unidos. Erudito y ameno, más inclinado al pensamiento que a la acción, dedicó su fina prosa a comentar los hechos de actualidad de su país, dar a conocer la historia de la lucha por la independencia, criticar la hipocresía de los nuevos colonos y constatar, sin resignación, lo que él denominó «la progresiva sajonización cultural» del archipiélago. Sus obras, entre las que destacan La masonería en Filipinas (1920), La revolución filipina (1924), Dietario espiritual (1930), El espíritu de la revolución (1931) y Cinco reglas de nuestra moral antigua (1935) constituyen ejemplos de la mejor prosa que ha producido la literatura hispanofilipina. Hacia la tierra del zar (1908) fue su primer libro. Jorge Mojarro Romero (Huelva, 1980) es licenciado en Filología Hispánica por la Universidad de Sevilla (2003) y es especialista en las vanguardias hispanoamericanas, tema sobre el que ha publicado numerosos estudios y una monografía: Multánime. La prosa estridentista de Arqueles Vela (Ciudad de Quezón: Academia Filipina de la Lengua Española, 2011). Gran conocedor de la literatura filipina en lengua española, prepara una tesis doctoral sobre la literatura colonial hispanofilipina del siglo XVI. Es desde el año 2009 profesor de plantilla del Instituto Cervantes de Manila.
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