Para quien la vea desde fuera, la vida cotidiana en Carabanchelá(Alto) puede parecer un día a día normal y corriente. Sináembargo, cuando te lo cuenta Manolito Gafotas, la idiosincrasiaáde sus habitantes aflora espontáneamente a la superficie, noásiempre con buenos resultados para la reputación del barrio.Así, una fiesta sorpresa termina con el homenajeado rojo comoáun tomate, la jornada extraescolar de arte reciclado concluyeácon la huida despavorida de los animadores infantiles e inclusoácuando todos animan al Real Madrid y parece que no hayáconflicto posible, uno puede meter la pata hasta el fondo. PobreáManolito; menos mal que su abuelo, su superabuelo, siempreáestá en su equipo.
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