El 17 de diciembre de 2014, Barack Obama y Raúl Castro anunciaron un pacto por el que ambos países realizarían un reset en sus relaciones, viciadas por décadas de guerra fría, con un embargo económico de por medio y una retórica de enemistad continua. Visto por unos como una capitulación de Estados Unidos ante el Gobierno cubano, el cambio de rumbo de la política de Washington hacia la isla es visto por otros como una oportunidad para la aparición de una clase media que reclame más derechos políticos y acabe con décadas de dictadura. El Régimen, en cambio, mantiene firme su voluntad de continuar conservando un sistema unipartidista y que penaliza la libertad política. Mientras, una debilitada oposición, a la que el Régimen niega cualquier espacio, intenta lidiar en este nuevo escenario en el que La Habana parece estar logrando legitimidad política en el tablero internacional. Este libro explora los acontecimientos de los primeros meses tras el anuncio de deshielo entre Cuba y EE. UU. al tiempo que trata de ofrecer una selección de las principales cuestiones para profundizar en los retos que el giro de Obama plantea para el futuro de la isla caribeña. Porque aunque esto parezca el fin de una historia, lo más probable es que estemos presenciando el alumbramiento de una nueva.
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