Juan comienza el colegio y ya no puede jugar con sus amigos como antes. Ahora cada día de la semana, acompañado por su madre, se dirige caminando a la escuela. Al principio no tiene muchas ganas, pero enseguida el camino se convierte en una diversión. Y es que Juan se encuentra a cada uno de sus amigos, cada día de la semana: el lunes al perro, el martes al gato, el miércoles al loro... y a todos les dice que no puede jugar con ellos pero los invita el domingo a jugar en su casa. Cuando llega este día, todos juntos, Juan, su prima y los animales, juegan y se divierten.
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