Quienes han seguido un poco mi trayectoria saben que he hecho las cosas a mi manera, independientemente de que fuera lo más adecuado para mi visibilidad. Desde mi primer poemario 'Radiografía del temblor', en 2007, he seguido esos criterios: no publicar salvo colaboraciones en obras colectivas, no presentarme a ningún premio, trabajar despacio en algo contundente saltando escalones intermedios, sin preocuparme de 'figurar' salvo en proyectos con los que me he sentido muy identificado. No tengo nada a priori contra quien lo hace de otro modo: hay poetas que publican cada dos años libros excelentes, y ganan merecidamente certámenes. Es solo que no es ese el camino que he decidido tomar.