En este número, se arreglan cosas que comenté hace tiempo, como el darle un uso o un giro inesperado a la sangre de Warren y el funeral de Angelo, que nadie se preocupó por ello. Pues de eso va, con Warren, Paige y Júbilo en el funeral (me asombra que en el funeral de Estrella Rota y Joseph fuera todo dios y en este y el de coloso no fuera nadie, ¿pero dónde está Generación-X? Es que ni Emma, joer) y resulta que Austen tiene los "wevos" de meter algo nuevo en el concepto mutante, ni más ni menos la desaprobación de un cementerio por enterrar un mutante, ya que ello podría proporcionar quejas de humanos que ven eso como un sacrilegio. No está nada mal la idea. Otra buena idea es que Angelo, antes de morir, pidió a Júbilo que saliera con él, y ella se negó, esto hace que la pobre chica se arripienta bastante. Por otro lado, Ángel decide ir a un hospital para curar a la gente con su sangre, uoh. Con eso descubrimos que no puede curar a todo el mundo, sino que está limitado al tipo de sangre, menos mal, porque si no... En fin, eso hace que me encariñe con el personaje, decidiendo hacer algo así. Y bueno, el final es muy simpático, con el que lleva el cementerio, antimutante, descubriendo que su hija se ha curado gracias a un ángel caído del cielo. ¿Qué si hay austenterías? Pues sí, alguna hay, por ejemplo, el que uno de los enterradores sea, casualmente, un mutante tipo coloso, pero no es nada grave, no tiene importancia y añade un poco de acción al número. Y el comentario de Paige, que le gustaría desnudarse ante Warren... dios... Pero por lo demás... un buen número, nada del otro mundo, pero no está mal, que ya es decir. En cuanto al dibujo, pues tenemos a un completo desconocido, al menos para mí, que es muy pobre pero mucho mejor que el horrendo Tan, y al menos sabe narrar.
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