“Son una voz sin rostro, la sensación de que hay alguien donde no hay nadie.Son algo atrapado entre nuestro mundo y el siguiente.Esperan agazapadas al otro lado, oliéndonos, sintiéndonos.No suba esas escaleras, Vanessa ya no es lo que usted recuerda.No debe mirarla, no debe buscarla, no debe tocarla…Está advertido.”Barcelona, 1904. A través de la ventana del tranvía Gabriel cree ver a un fantasma. Pero Vanessa desapareció, murió, eso le dijeron al volver de la guerra, sin embargo…Una de las últimas anotaciones en su diario habla de un lugar, un teatro, pero cuando Gabriel cruce sus puertas la realidad comenzará a disolverse poco a poco. Allí, la magia parece a un latido de existir, personajes desconcertantes le invitan a creer de nuevo en la vida o a desconfiar de las sombras. Si insiste en adentrarse en ellas podría hallar incluso… monstruos.