Cuando el Colegio se convierte para Tommy en un territorio hóstil tiene varias opciones e incluso tiene la posibilidad de no hacer nada y de seguir tirando de su mochila. Pero hay veces que la vida decide por nosotros y la complicidad brota como un regalo inesperado que aunque no cambia nada del mundo exterior nos cambia la forma de mirar las cosas, nos enciende las luces largas, nos alimenta haciéndonos confiar en las estrellas y crecer frente a las dificultades. Aprender, crecer, es como subir y bajar en una montaña rusa pero siempre es un camino hacia la luz: Tommy buscaba una estrella que completase su rompecabezas y acabó encontrando, en medio de las sombras, la lucidez necesaria para seguir siendo él. Su historia es la historia de muchos de nosotros.