La carrera de
Spiderman ha sido, en demasiadas ocasiones, golpeada por la tragedia. De todas ellas, ninguna fue tan arrolladora como la pérdida del amor de su vida, Gwen Stacy, a manos de su peor enemigo, El Duende Verde.
La muerte de Gwen conmocionó a los lectores de cómics de los años setenta, cambió las reglas del juego y todavía perdura como el hito que hizo madurar al cómic de superhéroes.