El padre de Trina ODell fue ventrílocuo en su juventud, por eso tiene tantos
muñecos en el desván. Él lo llama su Museo de los
Muñecos. Trina y su hermano, Dan, creen que los
muñecos molan mucho. Pero a veces se oyen voces en el ático. Y los
muñecos no dejan de aparecer en los lugares más insospechados. Es imposible que los
muñecos hayan cobrado vida... ¿verdad