En 1973 Bowie declaraba: "Ya he dejado de crear personajes. No trato d e adaptarme a ellos. Basta. Se han terminado los personajes". Nada más lejos de la realidad: desde 1964, Bowie ya había sido David Jones, el joven mod; el comandante Tom, un astronauta que ante la belleza e inm ensidad del cosmos, decide permanecer en las altura y morir contemplan do aquel admirable espectáculo; el hombre -maqueado como Lauren Bacall - que vendió al mundo con un traje largo de mujer; el alienígena Ziggy Stardust que llegó al planeta Tierra para salvarlo; el ambiguo Aladin o; el Perro de Diamante; el camaleónico rey del Glam (con permiso de M arc Bolan); el Duque Blanco; el simpatizante del Nazismo; el ingeniero acomodado en Berlín;