Dos personalidades opuestas se disputan el alma de un hombre: Dr. Jekyll y Mr. Hyde. Las imágenes de Mauro Cascioli, recrean nítidamente este magistral relato de R. L. Stevenson. Una inquietante irrupción altera el apacible paseo dominical por las calles de Londres. A partir de ese instante, lo cotidiano se confunde con lo inexplicable, lo secreto, lo sobrenatural. «Después de todo, medité, eran como mis prójimos, y sonreí comparándome con otros hombres, comparando mi buena voluntad con la perezosa crueldad de su negligencia.