La primera ola fue solo un aviso. La segunda ola nos cogió desprevenidos. La tercera ola duró un poco más, nos dejó sin razones por las que seguir vivos. La cuarta ola nos quitó todo aquello por lo que estábamos dispuestos a morir. La quinta ola nos ha sumido en un mar de nada infinito.
Los Otros se han propuesto exterminar a la humanidad. La cuestión ya no es si vivimos o morimos, sino de sobrevivir una hora, un día más. Pero seguimos aquí. Esta guerra ya no es de humanos contra alienígenas. Es la lucha de la esperanza contra la desolación. De la fe contra el miedo. Del amor contra el odio. Y nosotros somos el campo de batalla.