Una historia sobre la vida, las relaciones, el amor y una herencia caída del cielo. Las buenas novelas para mujeres tienen sabor europeo; Kerstin Gier es el gran nombre en Alemania.
Un cerebro privilegiado. Un marido muerto. Y una herencia caída del cielo.
Hablar seis idiomas, tener tres carreras y ser capaz de calcular mentalmente la raíz cuadrada de setecientos cuarenta y ocho no han preparado a Carolin para los duros reveses de la vida. Aún no tiene treinta años y acaba de perder al gran amor de su vida. En sentido literal: se ha quedado viuda. Y ahora descubre que es la única heredera de una inmensa fortuna que tiene que disputarse con el hijo de su difunto esposo y ex novio de juventud. En estas circunstancias no es de extrañar que Carolin se emborrache por primera vez, vaya a terapia o se gaste una fortuna en zapatos. Menos mal que no está sola en su desgracia y cuenta con la inestimable ayuda de su hermana y su cuñado, con un farmacéutico un tanto peculiar y con un fox terrier disecado llamado Número Doscientos Cuarenta y Tres...