Baradir, el rey de los duendes blancos se muere. Esto no representaría mucho para nadie en el Continente Estrellado, si no fuera porque su sucesión, y con ella el estado de bienestar que disfrutan, pende de la respuesta a un acertijo que sólo Barael puede encontrar pues porta la única clave que podría descifrarlo: un viejo medallón repleto de compartimentos especiales y ronas extrañas.