ISBN: 84-8449-541-8
EAN: 9788484495413

YÛ YÛ HAKUSHO: ENTRE LO MODERNO Y LO FOLCLÓRICO

"Con la presente edición de Yû Yû Hakusho se cubre otra laguna más en el mercado de los manga editados en castellano. En efecto, después de haber sido editadas en otros países como Francia, Italia, Brasil y Estados Unidos –donde se publica, con una buena acogida, en la versión norteamericana de Shônen Jump - las hazañas de Yûsuke Urameshi, el estudiante convertido en espectro a causa de un accidente, nos llegan a España después de haber sido difundida entre nosotros su adaptación animada.

Mucho ha llovido desde que a mediados de los años 90 circulase el rumor de que cierta cadena privada española había adquirido los derechos de la serie de anime de Yû Yû Hakusho , rumores que finalmente no llegaron a cumplirse, aunque posteriormente sí se editase una de sus películas en vídeo por Manga Films. Más recientemente, la serie ha sido adquirida por Jonu Media, que ha editado los primeros episodios en vídeo y DVD, además de ser finalmente emitida por la cadena autonómica catalana K3.

CODO CON CODO CON DRAGON BALL

Yoshihiro Togashi , nacido el 27 de abril de 1967, pertenece al reducido grupo de autores de manga que han alcanzado el estrellato con pocas series en su haber, contrariamente a otros mangakas legendarios como Osamu Tezuka , Leiji Matsumoto o el dúo Fujio-Fujiko , todos ellos creadores de un número elevado de personajes a lo largo de sus respectivas carreras.

Togashi logró su debut profesional en 1987 al obtener precisamente el premio Tezuka con Buttobi Straight. Al año siguiente publica su primer manga de corta duración, Tonda Birthday Present (“El regalo de cumpleaños volador”) para el citado Shônen Jump , que iniciaría un período de rodaje durante el cual aportaría varias historias cortas más para los suplementos del citado semanario, tales como Okaruto Tanteidan (“La banda de detectives ocultos”) y Ôkami Nante Kowakunai! (“¡No temo al lobo feroz!”); esta última daría título a una recopilación en tomo de dichas historias. En 1989 obtiene una cierta notoriedad con Tende Showaru Cupid (“El malvado e incapaz Cupido”) en la que combina el romance con lo fantástico y en la que ya se percibe su interés por la mitología japonesa.

Por fin, en 1990 aparece Yû Yû Hakusho , a lo largo de la cual Togashi perfilaría y maduraría su estilo, convirtiéndose en breve en una de las series estrella de Shônen Jump junto con la contemporánea Dragon Ball de Akira Toriyama .

UN ARGUMENTO CON MUCHAS REFERENCIAS

El argumento del personaje que fallece y sube al más allá para luego volver al mundo de los mortales con objeto de cumplir alguna misión que le devolverá su forma humana o le garantizará su estancia en el Cielo ya había sido empleado en otros comics y películas. Pero es la hábil combinación de este argumento con la presencia en el mismo de demonios y otros seres fantásticos con que cuenta el folclore nipón lo que le ha permitido a Togashi hacer de Yû Yû Hakusho una creación plenamente personal.

Tales seres han formado parte desde hace muchos siglos de la memoria colectiva del pueblo japonés, plasmándose en medios como la literatura, el teatro, el cine y, por supuesto, el manga. En el pasado, un autor como Shigeru Mizuki demostró ser un gran conocedor de estas criaturas míticas al poblar su manga protagonizado por un niño fantasma Ge Ge Ge no Kitarô (1965) de muchas de ellas. Otros historietistas del país como Hideshi Hino o Goseki Kojima también han cultivado ampliamente los manga protagonizados por fantasmas, monstruos y otras criaturas de la mitología japonesa.

En Yû Yû Hakusho , Togashi ha sabido aplicar dichos elementos mitológicos en un manga de ambiente estudiantil, dando como resultado una creación moderna y comercial que, a la vez, resulta fiel a las tradiciones de su país. Así, a lo largo del manga nos encontramos con figuras habituales en el folklore japonés como Ko-Enma, el juez de los muertos, que también aparece en otros manga como Dragon Ball o Kurama, reencarnación de otro personaje popular en el país del Sol Naciente, el Zorro de Nueve Colas. Otro elemento habitual en las religiones orientales como es el Tercer Ojo, se encuentra representado en el personaje de Hiei.

Realizada por el Studio Pierrot y compuesta de 112 episodios, la serie de anime de Yû Yû Hakusho , lanzada en 1992, respeta más o menos fielmente el argumento del manga, si bien eliminando algunas subtramas. También se han dedicado dos películas al personaje.

OTRAS OBRAS DEL AUTOR

En 1995 Togashi decide, alegando motivos de cansancio, finalizar las aventuras de Yûsuke, tomándose seguidamente un año sabático. Se suele achacar al cierre de Yû Yû Hakusho –así como al de Dragon Ball , que tuvo lugar también ese mismo año- el que Shônen Jump iniciara a partir de entonces un descenso de tirada. Tras su período de descanso, Togashi vuelve a la escena del manga con Level E , publicada en España por Planeta-DeAgostini, obra de un tono más sombrío y maduro que sus creaciones anteriores, sobre un joven universitario que debe ayudar a devolver la memoria a un alienígena amnésico que es en realidad el príncipe de un planeta lejano. En 1998 se marca un nuevo y duradero éxito con Hunter x Hunter , serie protagonizada por Gon, un muchacho que aspira a convertirse en un hábil cazador (Hunter) de bestias insólitas, al igual que su desaparecido padre, mientras va en busca del mismo en compañía de otros Hunters. Hunter x Hunter , al igual que Yû Yû Hakusho , se ha convertido en otra de las series favoritas de los lectores de Shônen Jump y ha obtenido asimismo su propia serie de anime, producida por Nippon Animation.

¿Qué más podemos decir de Togashi ? Que entre sus aficiones se encuentran los bolos y los videojuegos, y especialmente que desde 1996 está casado con Naoko Takeuchi , la célebre creadora de Sailor Moon –también publicada en España por Glénat- formando uno de los escasos matrimonios de autores de manga que hay en Japón, y del que otro ejemplo es Leiji Matsumoto , cuya esposa, Miyako Maki , es asimismo dibujante. En 2001 nació el primer hijo del matrimonio Togashi/Takeuchi , del que acaso pueda esperarse que, con el tiempo, herede la vocación artística de sus progenitores.

Tanto si ello se cumple o no, lo importante es que ahora podemos disfrutar del talento narrativo y gráfico de Togashi , en espera de que la acogida que los lectores españoles van a dispensar a Yû Yû Hakusho sirva de aliciente para poder disfrutar en un futuro de las restantes obras de este autor."
-- Alfons Moliné