De la mano de los barberos -asociados a la música popular y singularmente a la guitarra desde el siglo XVI- los autores emprenden un contundente viaje histórico-antropológico, desde 1546 hasta 1910, que les lleva a desterrar mistificaciones y tópicos arraigados en el mundo del flamenco, tanto sobre sus orígenes, su desarrollo y su plasmación final en el arte moderno que hoy conocemos. El riguroso análisis de las vinculaciones históricas de este arte con ciertos oficios, formas de vida, tipos sociales y subculturas populares, demuestra una clara continuidad entre el mundo de los jaques y rufianes del hampa andaluz del siglo XVII -con mezcolanza de moriscos, negros y gitanos-, el majismo dieciochesco y la estética flamenca que cuajará en el XIX. En ese camino no solo se desvela el papel que han jugado las barberías en este mestizaje musical, sino que se arroja novedosa luz sobre los específicos géneros de baile y música anteriores al flamenco, la interrelación de elementos populares y cultos (como la ópera), o la pérdida de centralidad del baile en detrimento del cante. Un libro imprescindible para estudiosos y aficionados al flamenco, y aun en general para todo aquellos interesados en la música y la cultura populares.