convertirse en un precursor del arte moderno. Este cambio hay que entenderlo como el resultado de una crisis. A su delicada situación económica se añadía la falta de lazos estables con la ciudad y sus corporaciones. El Greco hubo de verse invadido entonces por una sensación de extrañeza, de desarraigo, por la nostalgia del porvenir, por los sueños que había tenido y no había realizado. Entonces acentuó la recuperación de sus orígenes, recuperó las enseñanzas de sus años cretenses, hizo un viaje de ida y vuelta a Bizancio. La investigación sobre los bizantinismos de El Greco en su obra española, de las estructuras formales a las propuestas iconográficas o el uso del color, es lo que aquí se ofrece.