«Cuando te enfrentas a una de nosotras, te enfrentas a todas! Pasa la palabra, hermana» W.I.T.C.H.
Panfletos repartidos en medio de un desfile: «Nosotras, hermanas brujas del único y verdadero subsuelo, anunciamos nuestra presencia y comenzamos nuestro hechizo». Boicots y acciones callejeras, manifestaciones y ocupaciones: «Somos brujas, somos mujeres. Somos liberación. Somos nosotras. W.I.T.C.H. es también una estrategia, un medio de subversión: la brujería».
Bajo las siglas de W.I.T.C.H. (Nueva York, 1968-1970) se escondía una sorprendente guerrilla feminista, precursora de las Guerrilla Girls o Femen, cuyas armas eran los conjuros y hechizos mágicos, el arte feminista y la acción directa. Su actividad fue frenética, escandalosa y prodigiosa. Muy pronto, la estética y el estilo de aquel grupo de brujas urbanas, de guerrilleras sin escoba, prendió la mecha en distintas ciudades americanas: se crearon células feministas que recogieron aquel mensaje.
Sus siglas fueron cambiando de manos. Las brujas estaban por todas partes. Citadas como uno de los más fascinantes ejemplos del activismo de los sesenta, el grupo pasó a registrarse con letras de oro en la historia del feminismo radical, aunque también representaban algo temido, salvaje y casi innombrable.
Publicada originalmente por esta editorial a comienzos del 2007, esta obra (un auténtico manual de combate) se convirtió rápidamente en un exitoso libro debatido en todo tipo de ambientes y del que se publicaron ediciones piratas en Argentina y en nuestro país. Sin embargo, el libro se agotó y desapareció de las librerías. Debido a su importancia, hemos decidido rescatarlo. Para celebrar el regreso de W.I.T.C.H., hemos incluido un extenso ensayo titulado «Adiós a todo eso» (el último comunicado firmado por ellas y hasta la fecha inédito), tan actual que resulta sobrecogedor, y que sin duda es una de las más lúcidas críticas jamás escritas hacia el machismo de los izquierdistas y de la escena pretendidamente «sensible» a las demandas de las mujeres.